Cómo te ayuda el Feng Shui

El feng shui no es un aspecto aislado de nuestra vida, al cual recurramos en algún momento puntual y luego nos olvidemos. Al igual que cuando estamos buscando nuestro bienestar o nuestra salud, no se trata de practicar un deporte o hacer una dieta saludable durante una semana y luego olvidarnos y esperar resultados geniales. En realidad el feng shui corresponde a nuestro entorno y debe de estar alineado permanentemente con mi propósito y con mi persona o mis hábitos.

La mayoría de las personas vivimos en un plano bilateral de transacción entre el entorno y uno mismo, donde espero del entorno lo que no le doy o bien, le cobro con expectativas altísimas lo que le doy, y en este juego constante vamos y venimos buscando una respuesta o unos resultados que a veces no nos corresponden o no son realistas.

Experimentar esto es parte del proceso humano hasta que comenzamos a buscar el sentido o la dirección para romper esta transacción de ideales que nunca se realizan porque no se alinean con el propósito superior y es cuando llegamos a darnos cuenta que algo más que desconocemos y que algunos llaman destino o suerte, interviene también en nuestra vida.

Los chinos diseñaron un sistema para entender la vida, para conocerse, para buscar la conexión con la esencia o el origen, que les ayuda a tener más claro lo que son y lo que es, dándole un valor importantísimo al factor tiempo.

En este sentido son mas prácticos, pues hacen las paces con la realidad y se quejan menos, ayudando a ordenar su entorno habitual de acuerdo con su esencia o destino.

Entorno no es solamente el feng shui de un sitio, es todo aquello que nos rodea; la conexión de nuestro cuerpo con el exterior. Conocer quienes somos y cómo nos afecta el paso del tiempo en base a un calendario, nos ayuda a tener expectativas realistas sobre lo que hemos de recibir del mundo y nos guía sobre lo mejor que tenemos para darle o lo que naturalmente hacemos con mayor gracia o virtud; por ende, tendremos éxito con mayor facilidad.

Esta herramienta llamada Ba Zi, o cuatro pilares, es la herramienta que interpreta la configuración de nuestra esencia o formación energética y esta contenida en nuestra fecha y hora de nacimiento. Es un sistema astrológico de deducciones lógicas basada en los 5 elementos: tierra, madera, agua, fuego y metal los cuales estarán presentes en nuestra estructura en mayor o menor medida representando cada unos de ellos factores como el poder, el dinero, los amigos, la creatividad o la educación.

Conociendo nuestro origen, alinearemos nuestro entorno con un sentido o con una dirección, es decir habrá un objetivo, que podrá identificarse o esperarse dentro de periodos determinados de nuestra vida.

En occidente insistimos ciegamente en lo que queremos en el momento que creemos que nos vendría bien, pero las cosas vienen siempre cuando toca que vengan y utilizando esta herramienta podemos saber ¿qué toca y cuando?

Hemos oído que este año del mono afectaría aquellos nacidos en el año del tigre, o en el mes o en el día o la hora. El año en que el nacimos representa solo un octavo de lo que somos, la interpretación del Ba Zi o cuatro pilares, toma en cuenta también el mes, día y hora, para definir con precisión a una persona.

Ahora bien, ¿qué tienen que ver los elementos? ¿mono de fuego? Cuando llegamos a esta parte, ya nos preguntamos: ¿eso del fuego qué será?
La presencia de elementos también influye en nuestra suerte o destino, y lo que significa el fuego para cada uno de nosotros, afecta la constitución única o esencia con la que hemos nacido.

En el calendario solar chino existen 60 combinaciones de energía que se van a relacionar con cada uno de nosotros de forma diferente. Cada combinación se refiere a un año, con lo que se puede estimar como será el año que viene o el que sigue, sin ser una cuestión de adivinación ni mucho menos, sino en base exclusivamente del orden natural del paso del tiempo que nada ni nadie puede alterar, pues siguen el orden de un calendario.

¿Qué harías, por ejemplo, si supieras que el año que sigue tu salud puede debilitarse? ¿O si supieras que tendrás posibilidades de quedarte embarazada, o que está fuera de tus manos que tu pareja y tus padres se entiendan? ¿O que tienes mucha habilidad para enseñar pero poca facilidad artística? Por lo pronto nos ahorraríamos mucha energía, ¨tratando¨ o buscando los motivos ya que tenemos cualidades y debilidades de nacimiento, potenciales y periodos de mayor o menor suerte. Conocerlos nos permite gestionar mejor nuestras expectativas, tomar mejores decisiones y cuidar mejor nuestra salud.

Esta esencia es inalterable, a menos que cambiemos nuestra fecha de nacimiento.

El feng shui fue desarrollado para ayudar a la gente y no a las casas, justamente en los periodos cuando somos frágiles. Estar en un mal entorno durante un ciclo de mala suerte nos llevará a enfermarnos. Del ciclo no podemos salir ni antes ni después sino hasta que este concluya, pero alinear el feng shui si está en nuestra mano.

Por otro lado si nos colocamos en un buen lugar en un buen momento habremos de potenciar, maximizar o engrandecer los resultados, pues es como trabajar en una zona con la máxima señal de wifi. En resumen, el feng shui mejora lo bueno, y hace menos malo lo negativo.

Lo mismo pasa con los hábitos: de nada vale comer siempre mal y un día bien, sobre todo si nuestra salud no es muy buena, y por el contrario, si siempre nos cuidamos y un día nos excedemos tampoco pasa nada. Es un modo de vida; hábitos, feng shui, tienen que estar alineados a lo que somos.

En esta línea de pensamiento surge la pregunta, entonces ¿cómo se alinea una casa para todos sus habitantes? Esto no sería factible ni funciona así. En realidad hay casas mejores y peores, y de manera general ofrecen o tienen ciertas características tanto buenas como malas. El asunto es cómo y CUANDO estas se reflejarán en cada uno de los habitantes, y esto es la conexión individual de cada uno entre el Ba Zi o cuatro pilares y el entorno al que está expuesto. Ahora bien las características buenas de una casa, serán buenas para todos y las malas también, por eso es importante tener una casa saludable en términos generales con buen feng shui.

De ahí viene por ejemplo, el acomodo de las personas en una casa. Dependiendo de su momento y situación se puede dar prioridad para utilizar los mejores sectores-habitaciones en un momento dado; son fundamentales pues es el lugar donde pasamos un tercio de nuestra vida.

Así como hemos de hacer ajustes en nuestra dieta, en nuestras relaciones, así debemos de hacer ajustes en nuestro entorno, ciertamente no a diario, pero se recomienda de manera anual, pues nada es permanente.

Los ajustes no se tratan de tirar muros o hacer reformas, se trata de cosas mucho más sutiles. Ahora bien, el sentido común también es bienvenido en esta práctica como en cualquier otra; si de pronto nos ponen una central eléctrica cerca de nuestra casa que está afectando todo el campo electromagnético de la zona o barrio, no podemos pensar que colocando algún elemento u objeto en nuestra casa podamos contrarrestar la fuerza de dicha energía en el entorno. Seamos lógicos y honestos; todo tiene sus alcances.

Es importante no desperdiciar los periodos o ciclos buenos en un mal sitio o mal entorno, pues esto drena nuestra energía disminuyendo nuestro potencial y con ello nuestros resultados. No podemos darnos el lujo de perder energía vital innecesariamente, pues nos aleja de aquello que estaba para nosotros. Como bien dice el dicho: hay que estar en el lugar indicado y en el momento indicado.

La parte tangible que nos genera energía como los alimentos, el descanso o el deporte, es tan importante como la intangible, el qi que circula dentro y fuera de nosotros; que no lo veamos no le resta importancia. Es como nuestra respiración: no hacemos nada para tenerla o verla, y sin embargo esta ahí y lo es todo. Cuando pare, todo habrá terminado. El balance entre lo tangible y lo intangible es el estado idóneo del bienestar.

Leonor Estrada
Fengshuista Residencial y comercial